jueves, 23 de noviembre de 2017

Spring Break Forever.


Mi relación con la obra de Harmony Korine se reduce (o más bien se reducía) a que vi una vez Kids hace como 12 años y no me gustó y vi Gummo hará unos 8 y todavía tengo pesadillas. No es que la segunda me pareciese espantosa, nada más lejos de la realidad, es que aquel retrato crudo, puro y perturbador de la america más profunda tenía momentos que se quedaron grabados en mi retina, como la primera vez que miraste a un gato atropellado o la imágen del cadaver de un pariente en la cama de un hospital. Gummo es como mirar un accidente multiple, a ratos es horrible y sin embargo es imposible apartar la vista.

Spring Breakers, la película que sacó en el año 2013, sigue un poco la línea de su ópera prima, pero trasladando la ambientación. Ya no habla de los deformes, los pobres y los olvidados de américa, ahora habla de los hedonistas y los universitarios y utiliza el contexto del Spring Break (o vacaciones de primavera si lo preferís) para hacer un comentario acerca, o al menos así la interpreté yo, la hipocresía de la gente que vive con el placer como fin último y el hedonismo extremo que se le presupone y del que alardea la generación del instagram. Y es tan maravillosa y tan fantástica que no se ni como empezar a hablar de ella en profundidad.

La cinta de Korine es lo más explicito y hortera que podáis encontrar ahí fuera. Es una oda a la generación de los tronistas y Snooki, la del dubstep para las masas y las drogas bien vistas. La de las mujeres sexualmente liberadas que se objetivizan voluntariamente en las redes sociales y los machitos de gimnasios que dedican la mitad de su día a preocuparse de su aspecto trasnformándose a si mismos en hombres objeto. Es una celebración del nuevo trash, es la moda del trap antes de que el trap se pusiese de moda. Y todo envuelto en muchas de las imágenes más fascinantes y maravillosas que he visto en muchos años. La escena en la que James Franco canta Everytime de Britney Spears posiblemente sea mi cosa favorita que he visto este año.

Pero debajo de todo ese neón, de los oros, de la música machacona, las drogas, las tetas y las armas, hay una historia y un mensaje.

Para hablar de ello hay que mencionar primero la cámara de Korine. Durante la primera mitad de la película, el director californiano no está juzgando nada de lo que pasa en pantalla y por eso puede permitirse ser tan explicito como es. Igual que en Gummo no miraba a los protagonistas con ojos juzgadores ni buscaba en ningún momento la burla, simplemente te mostraba que esa gente existía, aquí no busca hacer ningún juicio de valor acerca de las festividades del Spring Break, simplemente te está mostrando la realidad. Si tu la consideras sexista, machista, moralmente reprochable y en general desagradable, si te sientes incómodo, como un voyeur con sentimiento de culpabilidad y vergüenza, es TÚ problema. Y creo que por eso para mucha gente esta película puede resultar tan contradictoria, porque cuando llega la segunda parte (cuando aparece Alien), es cuando empieza a contar de verdad su historia y exhibe la "moraleja" de su perturbadora fábula. Y ese mensaje lo más probable es que choque directamente con tus ideas personales.

Esta es una película sobre la pureza y la falta de prejuicios. Es una cinta que habla sobre donde ponemos el límite entre lo que nos parece bien y lo que nos parece mal y lo falso e hipócrita que resultan dichos límites. Las cosas se tuercen para las protagonistas cuando el sueño del Spring Break eterno que persiguen choca con sus conceptos personales de realidad. Es ahí cuando surgen los miedos, las dudas, y los personajes pierden. En el fondo Korine no está intentando decir qué está bien o qué está mal, si no que nos está mirando a todos y nos está llamando cobardes, farsantes e hipócritas, nos está llamando vulgares. Comunes. Normales.

En cuanto a las interpretaciones no hay mucho que decir porque tampoco hay mucho en lo que respecta a los personajes. James Franco sale el que mejor parado gracias a que Alien termina resultando una de las cosas más interesantes de la película y en mi opinión Vanessa Hudgens es la que más partido saca a lo poco que le da Korine para trabajar, su Candy se corona como la chica más fascinante y memorable de todas con apenas cinco miradas y muy pocas líneas de diálogo. Selena Gomez tiene el personaje más normal (y aburrido -pero claro, es aburrido a posta) y Rachel Korine y Ashley Benson terminan siendo bastante intercambiables. Pero no importa porque la película no va tanto de ellos si no del viaje y el mensaje, y es una película más movida por su aspecto audiovisual (la música, la cinematografía, la edición etc) que por las actrices o los diálogos.

Spring Breakers es un film tremendo, diferente y fantástico. De calle la peli más memorable que he visto este año.




Esta es la cuarta entrada en mi lista de "mejores películas que he visto por primera vez este año" aquí una lista con el resto:

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